La fuga
La fuga
“Jonás se fue…” (Jonás 1:3)
¿Qué pasa cuando huimos del llamado de Dios? Dios le había mandado a Jonás que se “levantara” y él lo hace; pero no para ir a Ninive, sino para huir a Tarsis. Su propósito es huir de la presencia del Señor. El intento de huir de Dios se manifiesta como una ironía e insensatez. Dios no solo esta en Israel, no solo en Ninive sino también en el mar que navegara. Aun más… si llegara a Tarsis, aun allí; estará Dios (Salmo 139:7–18) Jonás decide embarcarse en dirección opuesta al llamado de Dios, partiendo hacia el lugar más distante posible. Ninive estaba al este de Palestina, Tarsis al oeste y en lugar de partir por tierra hacia el este, Jonás parte por mar hacia el oeste. No solo decide ir en dirección contraria al llamado de Dios sino también se va al lugar más lejano. No es hombre a medias, si ha de desobedecer lo hará de una manera activa y con todas sus fuerzas. Así que el baja a Jope (Tel Aviv hoy) y se mete en las “naves de tarsis” (1 Reyes 10:22, y22:48). Jope es conocida por los acontecimientos de Pedro en el N.T. (Hechos 9:36–43, Cáp. 10). La ciudad que le sirvió a Pedro para recibir la visión y obedecer, en el caso de Jonás, Jope le sirve para encontrar lo que buscaba: una nave que partía para Tarsis. Si Ninive es motivo de fuga, Tarsis es su meta. Cuando Dios nos llama a las Ninives donde debemos ir y no queremos; por lo general no basta con huir, sino hay que huir a otra parte, buscar un escondite bien lejano donde creemos que Dios no nos encontrara. Es ridículo y tonto, pero así muchas veces somos nosotros. Nuestra oración: “Examíname, OH Dios y sondea mi corazón; ponme a prueba y sondea mis pensamientos. Fíjate si voy por mal camino, y guíame por el camino eterno” Salmo 139:23–24
Scott, Carlos: Devocionales Sobre El Libro De Jonás. Bellingham, Washington : Software Bíblico Logos, 2006, S. 7
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